
Durante una residencia artística en Londres, Sebastián Riffo Valdebenito, encontró un conjunto de fotografías digitales de colecciones museales británicas que resguardan numerosas piezas de cerámica Diaguita provenientes de la Región de Coquimbo. En un gesto íntimo y reparador, decidió pintarlas para devolverlas a su lugar de origen. Esta iniciativa de retorno se presenta en el contexto de esta muestra en diálogo con cerámicas originales del Museo del Limarí, seleccionadas especialmente por sus conservadoras para esta exposición, piezas que nunca antes habían sido exhibidas.
La curaduría estuvo a cargo de Naomi Orellana Legal, y la museografía fue desarrollada por Isabel Gómez Pérez, quienes articulan un relato donde las formas del pasado resuenan en la sensibilidad contemporánea